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3 razones por las que los Docentes dejamos de jugar

Cuando era niña, en el patio de la casa de mi abuelita, jugaba a muchas cosas con tres sillas y dos mesitas. Ese espacio se convertía en una cafetería, en un banco, en una casa, pero mi preferido era cuando se transformaba en una escuela, yo me volvía  una maestra y mi escaso mobiliario en los mesabancos de mis muñecas que eran las alumnas de mis lecciones de dibujo, de la enseñanza de las letras o los colores, realmente no se necesitaba gran cosa para crear historias y escenarios que me permitieran jugar a la vida. Yo jugaba a ser maestra hasta que me convertí en una.

Tú ¿a qué jugabas docente?

Y pregunto en pasado porque he visto que nosotros docentes dejamos de jugar por tres razones:

  1. La primera: es porque crecimos.

Cuando dejamos nuestra niñez, alguien nos dijo que era tiempo de estudiar, trabajar, ganar dinero, etc., etc., y nos compramos la idea de que el juego es solo para los niños. Sin embargo, recordemos que en el juego representamos la vida y la mejor forma de aprender es jugando, por lo tanto, si dejamos de jugar dejamos de soñar, de aprender y construir, la vida que queremos.

 

  1. La segunda: es porque no tenemos tiempo.

Los adultos, creemos que  perdemos o que nunca tenemos tiempo para esas “nimiedades” de estar jugando y menos los docentes que cuando no estamos dando clase, estamos planeando, calificando, estudiando, entre muchas otras cosas. Pero ¿sabes cuánto tiempo ocupan los pacientes de Alzheimer en jugar como parte del tratamiento para que la memoria no se les esfume tan rápido? Cuando jugamos le ganamos tiempo a la vida, a la memoria, a la destreza, a la tolerancia, a la paciencia, a la agilidad y a tantas cosas, porque todo eso lo ponemos en juego para llevarlo a nuestro quehacer.

 

  1. La tercera: es porque creemos que es improductivo.

“¿A quién le pagan por jugar? Tal vez a unas cuantas personas que se dedican a probar la efectividad de los juegos, pero a mí no”. Eso es lo que dicen muchos, pero entonces eso quiere decir que pensamos que jugar no nos hace ganar dinero o, peor aún, que nos hace perderlo. Y sabes tienes razón, cuando tomamos los juegos de nuestro teléfono y nos perdemos o cuándo el juego de apuestas domina la voluntad, ahí hay pérdidas. Pero el juego en el que hay interacción humana, en el que mueves tu cuerpo, en el que despiertas tu imaginación, es el juego que despierta tu CREATIVIDAD, esto es tu capacidad de crear y si creas produces ideas, imágenes, palabras, trabajo, dinero.

 

Sabes, yo me di cuenta que cuando más cansada estaba de escribir, de calificar, de estudiar, hacer uno o dos retos de alguno de mis juegos de destreza de IQ, me aclara la mente y de manera casi mágica las ideas me fluyen y mi energía vuelve; brincar un juego de avión me llena de alegría, mi mente se concentra en mantener mi equilibrio; armar un rompecabezas me lleva a encontrar muchas formas de resolver un reto. Así que te invito a jugar a moverte, por dentro y por fuera, haz una pausa, respira, date tiempo.

Yo, hoy  a mis más de 40 años sigo jugando para seguir viviendo, para seguir creando y recreando, para seguir ganando, perdiendo y construyendo como es en la vida misma. Porque en el juego jugamos a la vida.

¿Tú docente a qué quieres jugar hoy?

 

María Ana Romero V.

Creadora y Fundadora de Inspira Docente

Pedagoga, Psicoterapeuta y Facilitadora de Método Paternidad Efectiva

 

www.inspiradocente.com

Facebook: Inspira Docente

 

 

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