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«¡Soy Pinky, la amiga de Vera!
Seguimos siendo amigas aunque ella lo dude, acurrucada en la soledad de nuestro rincón…»
La pérdida de un ser querido puede ser un momento doloroso, difícil de explicar.
Cruzar el río cuenta, de manera poética, la historia de una despedida… pero, sobre todo, cuenta la historia de una gran amistad.
Ana, Sofía y Olegario estaban siempre juntos “en días de sol y sueños a la luz de la luna”. Hasta que un día Ana no despertó “y no vio cómo se asomaba el sol”.
Cuando Sofía pregunta: “¿Dónde está Ana?
Olegario le responde: “dicen que Ana murió”.
La sorpresa, la tristeza, el llanto, los recuerdos y el rescate de los momentos felices hacen que el cuento, aunque aborde un tema tan duro, sea esperanzador porque Ana había dejado “una gran colección de sonrisas”, hasta que los amigos extraordinarios pudieron volver a jugar.
Una historia que invita a tratar un tema delicado, acompañada de bellísimas ilustraciones y reflexiones necesarias.
-Sobre Pedido-
Este tierno monstruo de brazos largos ayuda a enfrentar las pérdidas:
Contenido: 1 muñeco, 1 cuento, 44 tarjetas plastificadas, 1 Emocionómetro e instructivo.
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